Preliminares

lunes, 14 de diciembre de 2009


- Bueno, pues aquí está. No es muy grande pero para el tiempo que vamos a estar en él, no tendremos problemas de espacio.- Entraron por un mínimo recibidor que continuaba con un pasillo en forma de L. Justo antes de que el pasillo girara a la derecha, a la izquierda una puerta les llevaba al comedor. - Aquí es donde más tiempo suelo pasar, guardo las armas, el equipo que traslado de casa en casa y bueno, pues paso el tiempo con lo que puedo.- Habían trastos y fardos apilados al principio del comedor, al fondo una mesa baja redonda presidía otra parte del comedor con un sillón y un sofá triple. El televisor apagado en un rincón era mudo testigo de los nuevos inquilinos que tenía la casa.

Continuaron el tour por el piso. -La primera puerta de la izquierda es la cocina. Tenemos de casi todo, aquí almaceno también toda la comida que nos comeremos. (La reserva de emergencia se encuentra en un macuto en el comedor).- Explicó Jon a su invitada. - A continuación está tu habitación. Tuvo que pertenecer a una universitaria por los apuntes, las fotos y los banderines de universidades que hay por las paredes, no obstante puedes sacar lo que no necesites y traerte lo que desees.- Calíope observó la habitación, era bastante pequeña, aunque para dormir sería más que suficiente. - Frente a tu habitación hay un armario empotrado con cosas de la familia y un baño con lavabo y ducha. Puedes usarlo libremente.- Recomendó Jon. - Es perfecto contestó Calíope. - Al fondo del pasillo se encuentra el dormitorio de matrimonio que es donde estoy durmiendo y el baño principal que está dentro a la derecha, tiene bañera y bidé. Mientras preparo la comida podrás darte un baño. ¿Tienes hambre ya?- preguntó Jon con tono paternalista. - La verdad es que sí.- Contestó Calíope. - ¡No se hable más! Pues si te parece mientras te instalas en tu habitación y dejas tus cosas te prepararé el baño y comenzaré a hacer la comida. ¿Te parece bien?- Preguntó sinceramente ilusionado. - Suena genial, la verdad.- contestó Calíope que comenzaba a dejar a un lado sus reparos.

Jon comenzó a llenar la bañera de agua caliente, y sacó de unos estantes sales, jabones y champús, para que Calíope eligiera los que quisiera. - Por cierto, no te he dicho que tenemos luz y agua sin restricciones. Veremos cuanto dura, pero por el momento... - Comentó Jon en voz alta saliendo del baño. - ¡Eso es estupendo!- dijo Calíope.

- Ah! Una cosa más.- Le dijo Jon asomándose por la puerta de su nueva habitación. - Dime Jon.- Se giró Calíope que estaba dejando la mochila en un armario y buscando algo de ropa limpia que le pudiera servir. - La habitación principal tiene pestillo, y el baño también. No voy a molestarte mientras te das el baño y la escopeta no te va a hacer falta. Si la quieres dejar en el comedor no hay problema y si te la quieres dejar en el baño tampoco. Lo entiendo y yo probablemente en tu situación haría lo mismo. Pero aquí estás a salvo, sólo quería que lo supieras. - dijo Jon. - Gracias Jon, lo tendré en cuenta.-

Jon hizo un gesto con la cabeza como asintiendo a la respuesta de Calíope y se fue a la cocina. Comenzó a preparar la comida. Mientras Calíope se encerró en el baño con la escopeta dispuesta a disfrutar de la hospitalidad de Jon. No era nada personal pero prefería bañarse sabiendo que estaba ahí. Cogió un bote casi entero de Badedas y despilfarró bastante mientras se bañaba. Le encantaba el olor de las castañas en el jabón. Le traía tantos recuerdos a su madre. Ella sólo empleaba ese jabón. Y siempre olía de esa manera tan característica. Pasó poco más de una hora en el baño. Y salió relajada y hambrienta con un chandal que sin duda la anterior poseedora de él lo usaría para estar por casa.

Jon había terminado con la comida y la estaba esperando sentado en una mesa larga en el comedor. Tendría que haberla sacado de algún sitio porque antes juraría que el comedor estaba bastante despejado. Había puesto una cubertería de plata preciosa y un centro de mesa bastante florido. Platos de porcelana y copas de cristal de bohemia completaban la puesta en escena. Todo un manjar les aguardaba. - Espero que tengas bastante hambre.- dijo él. - No tenías que haberte molestado. Es todo un detalle Jon. Gracias.- respondió ella. - Te dije que serías mi invitada y como tal te mereces este recibimiento.- En la mesa aguardaban berberechos, navajas, canapés de salmón y de caviar, un amplio surtido de quesos y de fiambres selectos, olivas y una bandeja con varios tipos de pan. - Brindemos y traeré los primeros. ¿Qué prefieres beber, vino, cerveza, o quizá agua?- preguntó atento. - Una botella de vino sería inmejorable.- dijo ella. - Pues vino entonces. Vuelvo en seguida, puedes comenzar mientras.- Jon dejó sola a Calíope en el comedor admirando la mesa y fue a por una botella de vino a la cocina.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

OOHHH, Badedas... verás cuando lo lea quien tú y yo sabemos...